Hoy este caso nos espanta, cuando oímos de una estafa de $670 millones no podemos pensar en un crimen, en un robo o en cualquier maleante o ladrón, a la hora de hablar de una cantidad tan exorbitante estamos refiriéndonos a una mafia. La gran pregunta es: ¿En manos de quien está el futbol de nuestro país, o quien maneja los equipos y las organizaciones del futbol nacional?
Es una muestra más de las que día a día nos deja ver el gran bache por el que atraviesa el futbol de nuestro país. Estamos inmersos en un ámbito que lo manejan personas con dudosas actuaciones, personas con un manejo de influencias aterrorizante y ningún tipo de amor por el deporte. Es una lástima que se siga solapando, escondiendo y minimizando acciones o personajes de este nivel, pero es la realidad, tenemos una UNAFUT y FEDEFUT que la usan para ir a hacer amigos y para ponerse de acuerdo como esconder las cochinadas que hacen. Lo que da es risa, ver como toda esta gente cree que los seguidores y parte de la prensa (la que sí critica y dice las cosas como son) son tontos y jamás se dan cuenta que la administración es la gran culpable del pésimo nivel del futbol costarricense.
Desgraciadamente ahora muchos funcionarios, técnicos y jugadores de los diferentes equipos de Minor Vargas son los más afectados y quien vela por ellos, quien exige que se les pague las deudas, quien va a hacer valer todos los contratos. Lastimosamente todas estas personas están a la deriva y a la incertidumbre de lo que vaya a pasar con una persona que jamás se intereso en beneficiar a un deporte, al igual que nuestro futbol nacional, se encuentra dependiendo y esperando que un montón de dirigentes interesados nada más en tener los bolsillos llenos se preocupen en sacarlo de este gran precipicio.
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